Del 8 al 10 de noviembre de 2023 se celebró la primera cumbre internacional dedicada a la protección de los glaciares y los polos, en París, en el marco del Foro de París sobre la Paz.
Especialmente vulnerables al cambio climático y a la erosión de la biodiversidad, las regiones polares están cada vez más expuestas a las amenazas medioambientales, en particular el turismo y los riesgos de sobreexplotación.
En 2022, Francia adoptó su Estrategia Nacional Polar para 2030, que “alerta sobre la fragilidad del mundo glaciar y polar y propone respuestas concretas a escala de la comunidad internacional”. En este contexto, el Presidente francés decidió organizar una cumbre sin precedentes sobre los glaciares y los polos, en colaboración con la Organización Meteorológica Mundial y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
El objetivo de la Cumbre One Planet – Polar era reunir a la comunidad internacional para establecer una estrategia de largo plazo de protección y adaptación de la biodiversidad y de las poblaciones polares y glaciares. La Cumbre reunió a partes interesadas, incluidos investigadores científicos, expertos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
La cumbre dio lugar a la adopción del Llamamiento de París por los glaciares y los polos. El Llamamiento subraya que “en 2021-2022, a partir de la observación de 37 glaciares de referencia, se registró una pérdida de masa glaciar un 20 % superior a la media de la última década”. Los países y las organizaciones internacionales que han adoptado el llamamiento desean subrayar que “con el calentamiento global continuado derivado de la actividad humana, las capas de hielo y los glaciares merman, el nivel del mar aumenta, el permafrost se funde, la capa de hielo se reduce, el hielo marino se derrite y los océanos polares se calientan”.
El Llamamiento también llama a actuar de forma concreta. Propone, por ejemplo, “avanzar en los conocimientos oportunos para los riesgos graduales y los fenómenos extremos derivados de la pérdida de la criósfera […] y mantener informados a los responsables de la toma de decisiones”. La comunidad internacional debe actuar ya, y sus esfuerzos actuales deben intensificarse.
